domingo, 30 de julio de 2017

CRÍTICA: EL UNIVERSO DE LOURDES

El Universo de Lourdes, se nos presenta como un mundo muy dulce. Decorado con muffins, chupetines, caramelos, paletas, helados, nubes y estrellas (todos gigantes y de peluche). Si hay algo que se destaca es el color, muchísimo color, y brillo. No sólo en la utilería y en las animaciones que se van sucediendo en la enorme pantalla de fondo, sino también en las luces láser y en el vestuario.
Entre canción y canción, Lourdes interactúa todo el tiempo con los chicos, eligiendo a alguno de ellos de entre el público para subir al escenario.


Vemos a una Lourdes Sanchez muy dulce al dirigirse a los chicos, que, cautivados por ella, “irrumpen” en cualquier momento. Le acercan al escenario flores, dibujos y cartitas. Ella, siempre sonriente, las recibe a todas con mucho amor, les agradece prestándole la atención necesaria a cada uno, para luego continuar con el show. Responde a cada pregunta o muestra de cariño que viene de los espectadores.

Es muy lindo ver las miradas maravilladas de los más chiquititos (de 1 a 3 años) aplaudiendo y bailando a upa de los padres, mientras que los chicos más grandes acompañan, de memoria, las coreografías que ven en la tele semana a semana.

Se nota que bailar todas las canciones casi una tras otra, trae una gran exigencia a nivel físico, donde Lourdes y sus bailarines muestran su entusiasmo y su energía. Dejan todo en el escenario.


Y así van pasando “Llegó el fin de semana”, “La lección de las vocales”, “El Rock de los animales”, “Mamá yo quiero” y “Jardín Tin-Tín”, entre otras.
“La Canción del Stop” nos sorprende al ver a toda la sala “freezada”, digna de ser filmada para el “mannequin challenge”.


Chapeau para el Mago Ulises: a diferencia de los pequeños momentos en los que se lo ve en la pantalla chica, aquí tiene un protagonismo casi central. En escena, el mago es una figura clave: comparte momentos con Lourdes y también tiene sus propios momentos (en los cambios de vestuario por ejemplo). Al aparecer en el escenario, provoca gritos y aplausos. Llega con su “saludo de mago” muy bien conocido y repetido por los chicos. Con sus chistes, y su gran sentido del humor, se roba las carcajadas de todos. Asombra con sus trucos de magia, con un poco de ilusionismo, enseña algún que otro truco y nos da algunos “guiños” muy divertidos a los adultos. Un genio.


Con “Yo te espero”, que Lourdes le dedicó a su hijo, se da un momento muy emotivo. Mientras danza junto a uno de los bailarines al estilo “adagio”, en la pantalla se van sucediendo imágenes de su embarazo, y luego de Valentín con ella, su papa, sus abuelos… Aquí, el brillo no está en su vestuario (muy sencillo) sino en el despliegue de su talento y su destreza como excelente bailarina.

No podía faltar Mr. Tablet, presentando sus videos graciosos de animales y de bebés. Todos los chicos estallaron de risa.

El final fue una verdadera fiesta de baile, aplausos y gritos donde no faltó la “selfie” del final con todo el público. A sala llena, Lourdes emocionada, agradeció infinitamente a sus Tin-Tines por todo el cariño que le manifiestan y a los papás por haberlos llevado al teatro. A corazón abierto nos compartió que desde hacía mucho tiempo esperaba ese momento.


Por la respuesta que tiene en los más peques, parecería que tendremos Universo de Lourdes por mucho tiempo. No solo en la tele sino también, por lo que vimos, en muchas más “Calle Corrientes”.






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