martes, 26 de junio de 2018

CRÍTICA: DOÑA DISPARATE Y BAMBUCO

Georgina Barbarossa en un colorido, extravagante y alegre vestuario se desenvuelve en el escenario con gracia y humor. Así se nos presentan: "Soy Doña Disparate, nariz de tomate..." "Soy Bambuco, nariz de cuco... Bambuquito, nariz de mosquito".


La respuesta de los más chicos no se hace esperar: se inunda el espacio de explosivas risas (los adultos también...), de esas risas espontáneas, carcajadas contagiosas que nacen de la boca del estómago. Esas risas que nos recuerdan lo hermoso que es ser niños.

Y entre canción y canción se pueden ver como destellos el cruce de esas miradas cómplices entre padres e hijos al estar juntos cantando la misma canción.Sin nostalgia sino con la alegría de recordar momentos bellos de nuestra niñez, donde todo es multicolor, alegre, donde no existen las distancias: recién estaba en Pehuajo, pasé por el País del Olvido, ahora estoy en París. Un mundo de imaginación sin límites, que provoca visitarlo.

Las canciones son en vivo y con divertidas coreografías. El grupo de bailarines y cantantes nos regalaron bellos arreglos musicales.

Mención a Alejandro Gallo Gasende, que demuestra una gran ductilidad artística al interactuar con una gran variedad de instrumentos desde piano, acordeón, hasta ¡castañuelas! bailando y cantando a la par de sus compañeros de escena.

Amamos a Maria Elena Walsh. Amamos a la Doña Disparate de nuestra querida Georgina Barbarossa. Para estas vacaciones de invierno, una propuesta accesible, entretenida y divertida, para todas las edades.


DOÑA DISPARATE Y BAMBUCO
Teatro CC 25 de Mayo
(Triunvirato 4444, CABA)

Entradas en el teatro y en Alternativa Teatral

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