Uno de los estrenos más esperados del año finalmente llegó al Teatro Gran Rex. La Sirenita, el musical basado en la inolvidable película de Disney, se presenta por primera vez en Argentina con una mega producción que deslumbra desde el primer minuto. Con una puesta en escena majestuosa, un elenco de excelencia y una calidad técnica impecable, esta versión supera todas las expectativas y se posiciona como uno de los grandes éxitos de la temporada.
La historia ya la conocemos: Ariel, una joven sirena con espíritu libre y soñador, sueña con vivir en el mundo de los humanos. Su deseo de explorar más allá del océano la lleva a tomar decisiones que cambiarán su destino para siempre. Esta adaptación mantiene la esencia del cuento original (muy acertada la decisión de hacerla de 90 minutos), con todos los personajes y canciones icónicas que hicieron famosa a la versión animada.
El elenco es sin dudas uno de los grandes aciertos de la obra. Albana Fuentes se pone en la piel (o en las aletas) de Ariel. Tiene ternura, presencia y una energía muy especial que conecta con grandes y chicos (fabulosos sus movimientos ondulantes que no abandona en ninguno momento, incluso cuando canta).
Jose María Listorti, como Sebastián, demuestra una vez más por qué es dueño de un carisma único. Su experiencia en el escenario se nota y se disfruta: domina el timing cómico, conecta con el público y se queda con los cuadros más aplaudidos del espectáculo. Una elección más que acertada.
Osvaldo Laport, interpretando al Rey Tritón, tiene un physique du rôle perfecto para el personaje. Impone respeto, tiene presencia y logra transmitir la autoridad y también la sensibilidad del padre preocupado por su hija.
Una mención aparte merece Evelyn Botto, quien para nosotros es la revelación en lo que va del año. Su interpretación de Úrsula es poderosa, divertida y completamente atrapante. Se adueña del escenario cada vez que aparece, con una energía arrolladora.
Pablo Turturiello, en el rol del Príncipe Eric, vuelve a demostrar por qué es un gran talento del teatro musical. Tiene voz, encanto y una solidez actoral que lo hace destacar en cada cuadro en el que participa.
Completan el elenco Valentin Zaninelli, Nahuel Adhami y Alejandro Vázquez, quienes también brillan en sus respectivos personajes, aportando calidad, compromiso y talento a una producción que exige muchísimo a nivel físico y vocal. El resto del elenco está a la altura, formando un ensamble maravilloso.
La dirección general está a cargo de Ariel Del Mastro, quien vuelve a demostrar su maestría para las grandes producciones. Cada escena está cuidada al detalle y la experiencia visual es impactante. La adaptación estuvo en manos de Marcelo Caballero y Juan Pablo Schapira, quienes lograron un equilibrio perfecto entre fidelidad al material original y frescura para el público local.
La puesta en escena es, sin exagerar, majestuosa. El uso de la tecnología, las proyecciones, las luces y los efectos hacen que realmente parezca que estamos bajo el mar. El vestuario aporta muchísimo al impacto visual y ayuda a construir un universo mágico que fascina a todos en la sala.
En conclusión, La Sirenita es una experiencia teatral que vale la pena vivir. Superó nuestras expectativas con creces. Ideal para toda la familia, pero también para cualquier amante del musical que quiera ver una producción nacional de nivel internacional. Las funciones son en el Teatro Gran Rex y la temporada es limitada, por lo que sugerimos no esperar mucho para comprar las entradas. No se la pierdan.
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