El jueves pasado asistimos a la función de prensa de Los Pilares de la Sociedad, de Henrik Ibsen, en el Teatro Alvear, y fue un verdadero placer reencontrarse con un clásico de este nivel. Considerado el dramaturgo más influyente después de Shakespeare, Ibsen vuelve a demostrar en este texto por qué su obra sigue tan vigente: la hipocresía social, la doble moral y las apariencias son el eje de una trama que, pese a su antigüedad, resuena con fuerza en la actualidad.
El elenco está liderado por Martín Seefeld y Eleonora Wexler, ambos con interpretaciones excepcionales, llenas de matices y una presencia escénica inmejorable. Pero no podemos dejar de mencionar al resto del elenco, porque todos brillan en sus roles y conforman un grupo sólido y muy parejo: Mara Bestelli, Gerardo Chendo, Edgardo Moreira, Pablo Finamore, Antonia Bengoechea, Alfredo Castellani, Daniela Catz, Susana Giannone, Gilda Scarpetta, Agustín Suárez, Lolo Crespo, Fernando Sureda, Luis Longhi y Donata Girotti.
La dirección de Jorge Suárez es impecable. Su mirada logra mantener el tono realista y crítico que caracteriza al autor, pero con un ritmo actual que sostiene la atención del público de principio a fin. También merece un gran destaque el vestuario, sutil y elegante, que define a la perfección la época y el espíritu de los personajes. La puesta en escena es sobria y efectiva, recreando con precisión el living de una familia acomodada que poco a poco deja ver sus grietas.
Siempre es un gusto volver al Teatro Alvear, cuya remodelación es realmente un lujo para el espectador. Los Pilares de la Sociedad ofrece teatro del bueno: inteligente, intenso y muy bien interpretado. Las funciones son de miércoles a domingo. Recomendamos ir a verla.
7 comentarios:
Los pilares de la sociedad es buena puesta es escena. Al comienzo es un tanto esquemática, lenta , luego levanta y entretiene. Hay buenas actuaciones, la mejor es la Seefeld. Wexler se esfuerza pero hay algo anacrónico en su personaje. Sería una obra mejor si se acortara mínimamente 30 minutos.
¿Podrían indicar qué actor es el que hace cada personaje? Conozco algunos, pero no todos. Gracias.
La obra me gustó y pinto tal cual la hipocresía de la época qué la podemos trasladar a la actualidad, las actuaciones excelentes, pero quedaron cabos sueltos la historia no cerro del todo. De quién es hija Dina? Qué lo hizo hacer un cambio tan brusco a Vernick? Su hijo si nunca lo tuvo en cuenta
Dina es hija de una actriz y de un actor de una compañía de teatro que hizo gira por la ciudad donde transcurre la obra. Eventualmente la compañía se va, pero ellos se quedan. El padre morirá borracho y la madre pone una escuela de danza y muere también al poco tiempo. Dina, una nena por entonces, es recibida en la casa del alcalde Karsten Bernick, en la que se cría.
Bernick no le da mucho bola a su hijo, salvo para castigarlo por algo, pero según dice, cuando se desespera porque cree que lo perdió, todo lo que está construyendo es para su hijo.
Dina es hija de una actriz y de un actor de una compañía de teatro que hizo gira por la ciudad donde transcurre la obra. Eventualmente la compañía se va, pero ellos se quedan. El padre morirá borracho y la madre pone una escuela de danza y muere también al poco tiempo. Dina, una nena por entonces, es recibida en la casa del alcalde Karsten Bernick, en la que se cría.
Bernick no le da mucho bola a su hijo, salvo para castigarlo por algo, pero según dice, cuando se desespera porque cree que lo perdió, todo lo que está construyendo es para su hijo.
"Los pilares de la sociedad" de Henrik Ibsen, dirigida por Jorge Suárez, es una rareza en el repertorio del Teatro San Martín. Si la vemos, podemos decir que conocimos esta obra de Ibsen, sin interferencias notables de un director o adaptador. Podremos decir que vimos un Ibsen y no un Ibsen, según la visión de tal o cual, que es lo habitual últimamente. Para no salirnos del San Martín, no hace mucho no vimos "Ricardo III" de Shakespeare, vimos esa obra según versión de Calixto Bieito, por eso se llamaba "La verdadera historia de Ricardo III". Partía del descubrimiento en un estacionamiento de Leicester de los huesos del verdadero Ricardo, que no era estrictamente jorobado, sino que tenía una escoliosis pronunciada, para denunciar que Shakespeare había construido un villano a gusto de quien pagaba la obra, la casa Tudor. O sea Shakespeare había sido un gran cultor de Fake News. Para decir esto, Bieito alteraba la trama de la obra original, suprimía conflictos y personajes, es decir cercenaba textos shakespearianos a lo pavote. No es el caso de "Los pilares de la sociedad", en el que las supresiones son mínimas. Es muy difícil presentar una obra lo más parecido a cómo era en el original del siglo XIX. Y Jorge Suárez, con ayuda de valiosos colaboradores y un elenco comprometido, lo logra. Sin embargo, a este logro se lo considera un disvalor, porque no da una "versión". Una crítica incluso habla de que le falta una lectura desde "el territorio y la contemporaneidad". No la hay, porque eligieron hacer otra cosa. Y hay mérito en ello. Y la obra tiene vigencia sin necesidad de que se la intervenga y se subraye lo que dice. Expone con claridad y precisión la hipocresía del poder, que el poder real es esencialmente corrupto, sucio y codicioso, que no duda en sacrificar vidas para perpetuarse. Esto la obra no lo dice panfletariamente, sino que lo imbrica en el argumento, enrevesado como el de un culebrón, la verdad sea dicha. Porque el teatro de Ibsen no solo tiene un costado melodramático sino también enredos usados luego por las telenovelas. Aquí el protagonista es un alcalde, dueño a la vez de un astillero, con un pasado en el que ha manipulado y usado a varias mujeres. Entonces habrá verdades que saldrán a la luz, barcos condenados a naufragios seguros, manejos turbios encubiertos, compras de terrenos con abuso de información privilegiada, etc. Y todo eso está contado (y bien) en este montaje. Y se agradece, los espectadores no somos tontos. No necesitamos que nos subrayen todo el tiempo lo que podemos entender con solo prestar atención. Gracias. Gustavo M.
No transmiten una emoción, seefeld súper acartonado, larga y tediosa.
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