CRÍTICA: PATITO FEO EN VIVO

Volvió Patito Feo al teatro y lo hizo con una propuesta que combina nostalgia, música en vivo y mucha energía. La historia presenta a dos amigas fanáticas de la serie que, tras haberse peleado en la época del colegio, siguen enemistadas. Años después, un concurso de baile y canciones las reencuentra, reavivando viejas diferencias y sentimientos del pasado.

Las protagonistas, Juli Poggio y Guada Devoto, son el corazón del espectáculo y se lucen en cada escena. Juli demuestra un gran carisma escénico y una conexión muy especial con el público: baila, canta y contagia alegría. Guada, por su parte, confirma una vez más que es una de las grandes figuras del musical joven en nuestro país. Su talento vocal y su presencia en escena se destacan con fuerza, tal como ya lo había hecho en Mamma Mia y Casi Normales. El trío protagónico se completa con Martín Rodríguez, quien aporta talento, diversión y genera momentos muy celebrados por la platea.

El espectáculo cuenta con músicos en vivo, excelentes coreografías de Vero Pecollo y una puesta visual muy cuidada, con pantallas que refuerzan la narrativa y aportan dinamismo. La dirección de Ana Sans y Julio Panno es impecable: logra un ritmo sostenido y un espíritu festivo que se mantiene durante los 70 minutos de función.

Patito Feo En Vivo es una fiesta para toda la familia: divertida, colorida, con un gran mensaje y llena de recuerdos para quienes crecieron con la serie. Se presenta durante todo octubre en el Teatro Broadway (Av. Corrientes 1155, CABA). Ideal para cantar, bailar y disfrutar de principio a fin.