miércoles, 11 de junio de 2025

CRÍTICA: EL ASISTENTE

En el mundo del teatro, muchas veces lo más interesante no está sobre el escenario, sino detrás de él. El Asistente, escrita y dirigida por Sofía González Gil, se mete justo en ese universo: el del detrás de escena, los nervios previos al estreno y todo lo que puede salir mal. Con funciones los jueves a las 20:30h en el Teatro El Extranjero, esta propuesta del circuito independiente es de esas que se disfrutan de principio a fin. 

La historia presenta una situación de emergencia: el director de la obra que está a punto de estrenarse ha desaparecido misteriosamente del teatro. En su lugar, queda el asistente de dirección, que se ve obligado a asumir un rol que claramente no le corresponde: liderar el último ensayo previo al estreno. Lo peor es que el elenco todavía necesita ajustar varios detalles, y nadie puede enterarse de que el director  no está. Con ese punto de partida, la obra construye una comedia llena de enredos, egos en llamas y momentos muy divertidos. 

El elenco está compuesto por Ximena Banús, Francisco González Gil, Diego De Paula y Agustina Cabo, y todos se lucen con interpretaciones muy logradas. Cada uno representa un arquetipo distinto dentro del mundo teatral: la actriz consagrada que no acepta críticas, la joven actriz llena de dudas, el actor experimentado que se cree el centro del universo y el asistente que intenta, como puede, que todo no explote por los aires.

Uno de los grandes méritos de El Asistente es que logra esa sensación de estar espiando un ensayo real. Quienes alguna vez participaron de una producción teatral van a reconocer más de una situación, y quienes solo fueron espectadores, van a entender cuántas emociones se ponen en juego antes de que se abra el telón. Se respiran los nervios, el orgullo herido, las inseguridades… y todo con un ritmo que no decae. 

La dirección de Sofía González Gil, es impecable. Sabe cuándo acelerar y cuándo frenar. El espectáculo avanza sin tropiezos, con una estructura clara y bien sostenida. 

La escenografía es simple, sin grandes despliegues, pero cumple perfectamente su rol. 

El Asistente es una de esas obras que nos gusta recomendar, porque además de hacernos reír, nos deja pensando en lo complejo que es hacer teatro, en lo que no se ve y en el esfuerzo (y caos) que hay detrás de una función. En definitiva, es una propuesta creativa, con un sólido elenco y una dirección que sabe muy bien lo que quiere contar. Siempre es una alegría encontrarse con estas perlitas del teatro independiente, que sigue demostrando que se puede hacer arte del bueno sin grandes recursos, pero con muchísimo talento. 

No hay comentarios: