CRÍTICA: ROCKY

Uno de los estrenos más esperados de la temporada llegó con todo. Se trata de Rocky, el nuevo proyecto encabezado por Nico Vázquez, que ya se perfila como el espectáculo destinado a romper varios récords.

La obra narra la historia de la icónica película y sorprende por la fidelidad con la que se adapta al teatro. El espíritu de lucha, superación, resiliencia y amor que Stallone inmortalizó en el cine está completamente presente en esta versión. 

Más allá de que la historia de Rocky es poderosa en sí misma, lo que hace impactante esta propuesta teatral es la superproducción que la respalda, la calidad del elenco y la puesta en escena que es impecable. 

Nico Vázquez, en la piel de Rocky, divierte y conmueve. Parece haber nacido para este papel. Está increíble, y solo tenemos palabras de admiración para él. También destacamos a David Masajnik como Mickey, porque su interpretación es fabulosa. 

Mención especial para el trío femenino del elenco, que es una bomba: Dai Fernández (protagónico más que merecido), Mercedes Oviedo (gran trabajo en varios personajes) y Georgina Tirotta (magnética como siempre). Completan el elenco artistas de excelencia: Leo Trento, Diego Hodara, Gustavo Monje, Merlyn Nouel (gran hallazgo), Osky Vidal, Christian Giménez, Coco Halle y Alan Grinstein. 

Un párrafo aparte merece el diseño de escenografía y multimedia de Tato Fernández, y el diseño de luces de Mariano Demaría y Santiago Cámara. El impacto visual que logran es asombroso. 

El gran resultado que se ve en escena es fruto de la mirada minuciosa de sus directores: Nico Vázquez y Mariano Demaría. No hay detalle librado al azar. 

Lo que sentimos al ver Rocky es difícil de transmitir. Es más que una salida teatral: es como ver cine en el teatro. Con esta propuesta, producida por RGB y PRELUDIO, se rompe un molde y se inaugura una nueva forma de hacer teatro. Lo que se vive en el Lola Membrives es una experiencia única que ojalá todos puedan disfrutar. Las funciones son de miércoles a domingo. Imperdible.